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domingo, 22 de noviembre de 2009

Contradicciones y soluciones



Los mensajes que nos han llegado esta semana sobre la situación económica española siguen siendo contradictorios, por una lado todo un nobel de economía en el año 2004, Edward Prescott en una entrevista en el diario Expansión nos anunciaba: “España no está en recisión, está en depresión”, por otro lado Zapatero en una entrevista publicada hoy en la revista alemana Der Spiegel , continuando con su optimismo habitual nos volvía a decir: “España saldrá de la recesión antes de fin de año”, de la oposición no puedo hablar, ni ha hablado ni se la espera.

La realidad es que estamos más cerca de las palabras de Prescott que la de Zapatero que sigue sin darse cuenta de la delicada situación económica española, proponiendo improvisadas medidas basadas en incrementar el gasto en inversiones improductivas y mayores subidas de impuestos, cuyos resultados han sido de dudosa efectividad.

Hoy Zapatero nos anuncia una “Nueva Economía”, miedo me da, “La ley de Economía sostenible”, que aunque no nos ha contado en qué consiste, salvo sus habituales pinceladas electoralistas, lo que nos ha adelantado, no puede funcionar. Pretende inventar un nuevo modelo de crecimiento económico, basado en la intervención del mercado, seleccionando en qué sectores debemos invertir, “impulsar empresas socialmente responsables” ya nos dirá lo que es esto, pero no sabía que hubiera empresas socialmente irresponsables, y otros en cambio, que no contarán con el apoyo del Estado.

Para terminar le voy a dar la solución a todos sus problemas, y son las repuestas que el profesor Ángel Hidalgo dio el pasado mes de Julio en una entrevista a FinancialRedTv, cuyo resumen es el siguiente: “Es el mercado el único que puede sacarnos de la crísis, no los gobiernos, pues ellos, han sido los que nos han metido en ella”. Yo lo creo.

Viñeta: Manuel Fontdevilla


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martes, 17 de noviembre de 2009

El cine y los abusos de la publicidad encubierta


Cartel de Risky Bussiness o de la marca de gafas  Ray Ban (posterwire)

Hay ejemplos bastante conocidos del poder de persuasión que tienen las películas en los hábitos de consumo de todos nosotros. Antiguas películas en las que no había intención ni por parte de los directores ni de los actores de provocar ninguna reacción al espectador, produjeron cambios en el comportamiento de ellos

En la película de 1934 “Sucedió una noche” de Frank Capra bastó que Clark Gable se quitara la camisa y que el público observara que éste no tenía camiseta interior para que millones de americanos dejaran de usarla, hasta que en la película de 1951 “Un tren llamado deseo”, la volviera a poner de moda Marlon Brando.

A Jean Fontaine en la película Rebeca (1940), se la vistió con una chaqueta de punto durante buena parte de la película, el éxito del film hizo que al final esa prenda se pusiera de moda y pasara a ser un símbolo entre las clases altas, aunque en realidad tenía un origen campesino.

En “Rebelde sin causa” producción de (1955), James Dean popularizó la cazadora, una prenda concebida para las monterías pero que propicio que muchos jóvenes la convirtieran en su prenda por excelencia como símbolo de rebeldía.

En 1970 la serie de televisión “McCloud” puso también de moda una cazadora de napa que su protagonista Dennis Weaver apenas si se quitaba, cando esa serie se emitió en España a finales de los 70, esa prenda paso a llamarse en España un McCloud y fue el abrigo de moda durante bastantes temporadas.

Ante estas evidencias, y teniendo en cuenta que la publicidad, necesitaba nuevos soportes donde exhibirse, encontraría tanto en las series de televisión como en las películas un lugar perfecto, esta vez con la intención buscada de incrementar las ventas de los productos mostrados, o aumentar el conocimiento de una marca. Hoy en día en casi todas las películas que actualmente son exhibidas en el cine y televisión, cuentan con algún tipo de “product placement” o emplazamiento del producto o una marca en un lugar visible en estas obras.

Los ejemplos de product placement son numerosísimos. La web www.branchanel.com tiene una sección denominada brandcameo, donde hay un listado de todas las producciones americanas desde el año 2001 con las marcas anunciadas en cada una de ellas. La lista de firmas que se anuncian aumenta año a año, a ello han contribuido las agencias especializadas en el product placement , a las cuales, les llegan los guiones por parte de las productoras antes de filmarlos y estas escogen la mejor manera de que sus anunciantes aparezcan en ellas.

Los defensores de este tipo de publicidad opinan que contribuye al realismo de las películas y por otro lado a la financiación de las mismas, pero lo cierto es que es, una publicidad encubierta, que vulnera el derecho de decidir si se quiere o no, recibir esos mensajes comerciales, sin antes ser advertidos.

Europa cuenta con unas directivas en este sentido, bastaría que esas marcas aparecieran en los títulos de crédito para que se cumpliera con la ley, pero de nada sirve si continuamente las producciones norteamericanas están contantemente abusando de masivos mensajes comerciales encubierto.

Lo que comenzó siendo un atípico en muchas producciones cinematográficas, se fue convirtiendo en una parte sustancial de su presupuesto, hasta llegar a los extremos de no distinguir en algunas de ellas, si estamos viendo una película con anuncios o anuncios con forma de película como vemos en algunos ejemplos que expongo a continuación.


Fuetes:







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martes, 10 de noviembre de 2009

El regreso del Fantasma, Coney Island 1906

Panorámica de Coney Island en 1910 The Library of Congress Dominio Público

El mágico escenario donde transcurrirá el musical "Love Never Dies" continuación del Fantasma de la Opera será el Coney Island de 1906, diez años después del incendio de la Ópera de París con el que finalizaba el musical. Así lo anunció el pasado 8 de octubre su autor Andrew Lloyd Webber en una multitudinaria rueda prensa en Londres.

Coney Island , la antigua isla al sur de Brooklyn, fue un gran espacio de atracción turística que tuvo su esplendor a principios del siglo XX, con la construcción de los primeros parques temáticos del mundo, convirtiéndose en la zona de diversión más grande de Estados Unidos y lugar favorito de entrenamiento para muchos neoyorquinos.

En la década de 1860 con la llegada del ferrocarril, y barcos de vapor, Coney Island se convirtió en una zona mucho más accesible a sus hoteles, burdeles, hipódromos y casinos. Un carpintero danés Charles ID Looff, construyó el primer carrusel en 1876, la tarifa era de 5 centavos. En 1897 el caitan Poul Boyton fue el primero en abrir un conjunto de atracciones llamado “Sea Lion Park” y en 1901 Gerge C.Tilyou abrió “Steeplechase Park” cuya atracción principal consistía en una carrera de caballos sobre una pista ondulada.

En 1901 Frederik Thompson y Elmer Dundy se asociaron para comprar “Sea Lion Park” y en sus terrenos abrir el “Luna Park” el 16 de mayo de 1903. En este espectacular parque sus visitantes eran trasportados hacia un imaginario viaje a la Luna, a través de sus distintas atracciones todas ellas iluminadas por 250.000 bombillas eléctricas. Fue probablemente el parque más popular de Coney Island y el primer parque temático del mundo. Debido a su éxito pronto se construyeron otros Luna Park en las más importantes ciudades de la costa Este norteamericana, Charleston, Detroit, Pigsburg, etc., pero el más añorado fue el de Coney Island. El 12 de agosto de 1944 un incendio destruyó una docena de atracciones entre las que se encentraba la famosa torre de 122 pies de altura, el emblemático parque cerraría definitivamente sus puertas.






"The Teaser" Luna Park 1911 George Grantham Bain Collection (Library of Congress)

Dreamland Coney Island 1904 The Library of Congress

En 1904 el empresario “Wiliam H.Reynolds abriría el tercer gran parque de Coney Island “Dreamland”, con elegante arquitectura, exposiciones educativas y las últimas novedades del momento en cuanto a atracciones.

Esta mezcla de parques de atracciones, espectaculares montañas rusas, ferias, hipódromos, casinos, restaurantes de comida rápida y playas públicas, donde varios millones de personas acudían anualmente, en busca de diversión y entretenimiento, conformaban el Coney Island de 1906 al que nos trasportará el nuevo musical. Algunos consideraron en su momento que se trataba de la octava maravilla del mundo por la espectacularidad de sus construcciones, pero con el paso de los años, comenzó el declive, y mayoría de los parques se cerraron, hoy casi es una zona olvidada para todos.

El video corresponde al primer tema que se ha pubicado del nuevo musical Love Never Dies que se estrenará el proximo 9 de marzo de 2010 en el Adelphi Theatre de Londres.

Fuentes:
http://history.amusement-parks.com/coneyhist1.htm
http://www.ultimaterollercoaster.com/coasters/history/early_1900/coney_island.shtml
http://web.wm.edu/americanstudies/370/2007/sp8/history_lunapark.html#top




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lunes, 2 de noviembre de 2009

Nuestro injusto “Anton Ego”



Hace unos días en tertulia con varios amigos, estuvimos comentando un discutido artículo, que pudimos leer este verano, en una revista mensual murciana de sociedad y política. El artículo en cuestión consistía en una severa crítica gastronómica a un restaurante recientemente inaugurado en La Manga del Mar Menor donde textualmente nuestro “Anton Ego” murciano escribía lo siguiente:

“Uno llega y se sienta. Aparece el sumillier y le pides un vino fresquito. El encorsetado caballero puesto de pajarita te sirve un aguado vino de Oregon (made in EEUU) cantando en interminable letanía las virtudes del mismo. Sin mediar palabra, sin carta y sin precios comienza un despliegue del menú degustación por gracia de la casa.

Para empezar: Jamón con el sello de “Hu” que o responde a Huelva sino a Hungría, seguido de una cosa parecida al danone con dos rodajitas minúsculas de pulpo, y justo al lado un trocito (parecía masticado por la dentadura de la abuela) de salmón ahumado moteado por caviar de la tierra.

El segundo: Carpaccio de reno en plan “ostilitrasparente. Si, lo han leído bien, de reno, ése cérvido que traslada a Santa Claus en la Pascua, pero ni estábamos en Laponia ni se trataba de celebrar la navidad. Era La Manga y junto a dos mares.

El Tercero: Foi de no sé qué que cogía en una muela (como la falange del dedo índice) enmascarado con azúcar moreno, por supuesto con un perdigón de mermelada.

Y para colmo: Bacalao ultracongelado (lo explicaron en plan científicos de la Nasa) que no se lo hubiera comido ni un enfermo en artículo mortis por inanición. Justo al lado de la mesa, y para mayor intimidad, una camarera golpea con la zaranda el polvo de los sillones.

Factura: 303 euros.

El lugar tiene vocación de “chic” a no ser por la cortina negra con lamparones que separa el comedor de la barra y por las puertas abiertas de los lavabos que despiden efluvios a orines emponzoñados con ambientador de fresa.

Que te arrimen un bacalao ultracongelado junto a las Encañizadas del Mar Menor es un pecado capital, sobre todo cuando no proporcionan una carta de platos y sus respectivos precios y la casa se desentiende sirviendo lo que les viene en gana. Lamentable por los trescientos del ala y por salir en ayunas, eso sí, el lugar, insisto, perfecto gracias al paisaje.

Lamentable y para no volver.”



Esta crítica gastronómica, publicada sin firmar, incluso teniendo en el fondo razón, que no lo voy a discutir, me parece innecesaria en sus formas. Todos somos exigentes hoy en día en un restaurante, valoramos mucho la relación calidad/precio tanto del servicio como la del menú, pero hay otras formas para expresar nuestro desacuerdo. Escribir unas cuantas letras intentando tirar por tierra el trabajo, ilusión y esfuerzo de muchas personas, no lo considero adecuado. Un crítico debería de tener en cuenta que con sus palabras está condicionando el comportamiento de sus lectores, y aunque la crítica no debe de estar exenta de sinceridad, sería deseable manifestar su desagrado en otros términos.

En mi opinión estoy de acuerdo con el dicho de que los críticos no deberían pretender cambiar el mundo ni hacer que algo funcione, simplemente decir que no funciona, pero la forma en que lo expresen debería de ser tenida en cuenta.

Una crítica gastronómica debería de ser constructiva, valorada por los chefs y propietarios del restaurantes para mejorar. Pero la crítica más importante es la de los comensales, los clientes que a diario acuden al restaurante, y no la del crítico por muy preparado que este.

Yo particularmente como crítica gastronómica siempre me quedaré con la del auténtico Anton Ego al Restaurante Gusteau’s al final de la entrañable película Ratatouille.

En muchos sentidos, el trabajo de un crítico es fácil. Arriesgamos poco porque gozamos de una posición que está por encima de los que exponen su trabajo y asumimos nuestro criterio. Nos regodeamos en las críticas negativas que son divertidas de escribir y de leer. Pero el hecho más amargo que debemos de afrontar los críticos, es que a la hora de la verdad, cualquier producto mediocre tiene probáblemente más sentido que la crítica en que lo tachamos de basura. Pero hay veces en la que un crítico realmente se arriesga, en pro del descubrimiento y la defensa de algo nuevo. El mundo es hostil para los nuevos talentos y las nuevas creaciones, lo nuevo necesita amigos. Anoche yo viví una nueva experiencia, una comida extraordinaria precedente de alguien singularmente inesperado. Afirmar que tanto la comida como el cocinero han cuestionado mis ideas preconcebidas sobre la buena cocina, sería quedarse muy corto. Me han estremecido hasta lo más profundo. En el pasado nunca oculté mi desdén sobre el lema del Chef Gusteau: Cualquiera puede cocinar. Pero me doy cuenta que no había comprendido lo que realmente quería decir con ello. No es que cualquiera pueda ser un artísta sino que los grandes artistas pueden proceder de cualquier lugar. Resulta difícil imaginar orígenes más humildes de los del genio que cocina hoy en Gusteau y que en opinión de un servidor es nada menos que el mejor chef de Francia. Volveré pronto a Gusteau hambriento de más creaciones."- Anton Ego.


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