Estamos todos estos últimos días, asimilando el nuevo “cambio de ritmo” que ha propuesto Zapatero para su nuevo gobierno, y la verdad es que no terminamos de cogerle el paso.
Los últimos “desafines” de algunos ministros en los últimos meses han debido cabrear al director de orquesta, que ha optado, en la mayoría de los casos, por contratar a “primeros violines” ya conocidos. Él ha debido de pensar “más vale malo conocido que peor por conocer”, y el resultado no puede ser otro que una melodía, que ya la has escuchado otras veces, y que nunca te ha “invitado” a salir a la pista a bailarla.
En algunas ocasiones el error puede estar en la partitura, que si esta es mala, ni el mejor violinista del mundo con su Stradivarius al hombro, puede hacer que suene agradable a nuestros oídos, por mucho que se acelere “el compás” en la ejecución de la obra.
En otras, es el director de orquesta el que al interpretar una partitura no sabe cuál es la velocidad más adecuada de la misma, produciéndose fallos en el tempo al imponer un “Allegro molto” cuando hubiera bastado con un “Allegro ma non troppo”, así como la intensidad de la misma, o forte o fortissimo, cuando las nota había que interpretarla con un matiz piano o pianissimo.
El problema no sólo es del director de orquesta, que por supuesto nunca ha sido capaz de interpretar algo que nos suene medianamente bien a muchos españoles, al no dar la talla como director, también es de los músicos que una y otra vez nos están dando “la nota”, tanto en sus declaraciones, decisiones, actitudes y aptitudes.
El director y sus músicos han manifestado estos días su intención de mantener su repertorio, repertorio que por otro lado sólo ha contentado a sus incondicionales pero esta orquesta pública, mantenida por todos, debe “tocar” para todos.
No podemos seguir con continuos “ensayos”, hay que ponerse a tocar en serio, el “escenario” cada día es más negro, y ha llegado la hora de las exigencias y los resultados, y un “cambio de ritmo” estoy seguro que no será suficiente para solucionarlo.
Foto: Mito Settemberemusica
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