Elgorriaga

Hoy al levantarme he tenido dos buenas noticias, primero he visto que estaba lloviendo, genial con la falta que nos hace el agua, y la segunda es la vuelta de la entrañable tableta de chocolate Elgorriaga.

A un goloso como yo, debo de reconocer que esta noticia me ha impactado, “Vuelve la campana de Elgorriaga, el espíritu de lo auténtico”, por fin ya podré tomar los trozos que yo quiera, sin el racionamiento al que estábamos sometidos todos los niños, ante el temor de toda madre que se precie de evitar una cascada de caries en sus retoños, al margen de una indigestión intestinal, por fin podré ver realizado un antojo insatisfecho de mi niñez.

En mi época, un niño tenía que elegir cinco cosas; o ser del Madrid o del Barcelona, o tomar con la leche Nesquik o Cola-Cao, tu pastelito favorito en la merienda o Tigretón o una Pantera Rosa, (pocos optaban por un Bony), tus caramelos favoritos o Sugus o Palotes y tu marca de chocolate preferida, o Elgorriaga o Nestle, en cuanto al chocolate para untar lo teníamos fácil, sólo teníamos la Nocilla.

Y aunque parezca fácil la elección, no lo era, implicaba carácter y lo mismo defendías que el Barcelona era mejor que el Madrid, como que los Sugus eran mejores que los Palotes, y de esa elección podía depender tu futuro, o juntarte con los amigos de la asociación infantil de los Tigretones, o al final acabar con los amigos de los Palotes.

En algunos casos eran las madres las que terminaban eligiendo por nosotros, muchas veces sin pensar en las consecuencias de su elección, “dime lo que me compras y te diré con quien acabo”.

Al final acabé siendo del Barcelona, prefiero el Nesquik al Cola-Cao, mi pastelito favorito es el Tigretón, donde este un Sugus que se quite un Palote, y de nuevo podré tomar mi chocolate favorito Elgorriaga, si me preguntáis el ¿por qué? de mi elección, sólo puedo contestar como contestaría un niño: porque sí.