Pues la verdad es que cada vez que vuelvo a ver la noticia de la susodicha cacería del Ministro Bermejo y el Juez Garzón, como a muchos españoles nos vienen en seguida recuerdos a la memoria que teníamos ya olvidados, pero que quedaron perfectamente plasmados en las magnificas películas de Berlanga; La Escopeta Nacional, Patrimonio Nacional y Nacional III.
En la Escopeta Nacional el protagonista es el Sr. Jaime Carivell (el extraordinario José Sazatornil) es un fabricante catalán de porteros electrónicos que viaja a Madrid acompañado de su amante para asistir a una cacería que él mismo ha organizado en la finca de un Marques en quiebra y en donde su principal finalidad es relacionarse con gente de la alta sociedad para así mejorar su negocio. Memorables las escenas con el típico “y que hay de lo mío”, tan frecuentes tanto en nuestros tiempos como en aquellos.
En el remake que hemos vivido estos días, hemos tenido como gran protagonista al Ministro de las inoportunidades.
Pues sí esta vez ha reconocido que fue una inoportunidad su asistencia a la misma, pero también fue una inoportunidad la reforma de su casa y sus famosas bajantes, lo que nos costaron sus bajantes, como también fue una inoportunidad la asistencia de su esposa, funcionaria ella con una baja laboral de gran duración, a un acto electoral el año pasado, en el que al final del mismo nos deleitó con un baile que para sí quisiera la mismísima Ginger Rogers, una lástima que Bermejo no diera la talla como Fred Astaire, porque lo veía capaz ya puestos, hasta de hacernos un nuevo remake de la película Sombrero de Copa.
Pero pensándolo mejor, creo que no le gustaría, porque Sombrero de Copa es una película en blanco y negro, y este Ministro es el que nos dijo a los murcianos que: ¡¡ la vida hay que vivirla en colores, coño!! coño no, mejor ¡Pijo!, que para eso voy a ser diputado por Murcia, pero como es el ministro de las inoportunidades, fue inoportuno el día que nos propusieron a este señor como diputado por Murcia, porque excepto a bodas y otros eventos sociales no nos ha vuelto a complacer con su visita, pero la verdad es que ni falta que nos hace.
Con este personaje se puede afirmar que es imposible que la ficción supere a la realidad pero ¿Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia?
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